Después del partido en Manlleu, y a falta de dos jornadas para terminar la temporada, nuestro jugador y periodista Marc Marbà nos escribió esta cronica del partido:
Hay días en la historia de los clubs de futbol que quedan grabados en la memoria de todos. Algunos recordaran las grandes hazañas, las incontestables victorias o las épicas remontadas. Este domingo de mayo en Manlleu tuvo un poco de todo, y lo más sorprendente es que el equipo no se llevó los tres puntos (3-3). A pesar de eso, la sensación de haber vivido un día imborrable estaba presente en la mirada de todos.
“Hoy es un día histórico para el club” me decía el expresidente Pedro Rubio al acabar el partido. “Hemos disfrutado muchísimo” nos contaba Marcos Del Pozo. “Felicidades” nos decían los amigos y aficionados de la Peña de la Terraza cuando salimos del vestuario. “Está cerca” nos alentaban otros. Si cuento la verdad, es que el silencio dentro del vestuario después de recibir el empate a 3 en los últimos instantes de partido se podía cortar con un cuchillo, seguramente reflejo de la competitividad y ambición del equipo.
Antes de empezar, dentro del vestuario sabíamos lo que nos jugábamos. Flirtear con el descenso toda la temporada no es del agrado de un vestuario, que vive el futbol con la pasión de los niños que salen a jugar a la calle. Los resultados de los rivales directos nos daban el empujón necesario para llegar a Manlleu a por la victoria. Los aficionados que nos acompañaron durante el viaje fueron el aliento, la alegría y el reflejo de lo que es este club: respeto, esfuerzo, solidaridad. Estas tres palabras que lucen en la camiseta del Can Vidalet nos las recordó el mister antes de salir al campo.
Salimos sin miedo, sabiendo que el futbol es nuestra mejor arma y la afición que se había desplazado hasta Manlleu nuestra mejor compañera. Empezamos por debajo del marcador, después de un error propio que nos recordaba lo complicado que es competir en 1a Catalana (1-0). Can Vidalet es un barrio de Esplugues, con más de 50 años de historia, que compite en primera Catalana contra grandes municipios de Catalunya (Palamós, Vilassar, Vic, Sant Cugat), o grandes clubes (Girona, Llagostera). Can Vidalet es un club forjado en su futbol base y que a través del balón y el futbol transmite los valores más olvidados. Un futbol base que da sus frutos en el primer equipo con jugadores salidos del juvenil y con muchos años en la casa.
A pesar de empezar perdiendo, el equipo le dió la vuelta al marcador (1-2), pero cerca del descanso recibió el mazazo del empate (2-2. Quedaban 45 minutos, y lo que no sabíamos era que el campo del Manlleu se convertiría en nuestra casa durante la segunda parte.
Salimos en la segunda parte y la tribuna de Manlleu estaba teñida de nuestra afición. Una garganta para un equipo. La Peña de la Terraza junto con los aficionados del Can Vidalet llevaron en volandas al equipo. Desde el banquillo retumbaban los cánticos de nuestra afición que en todo momento no dejó de creer. El equipo tampoco.
Y es en esos momentos cuando sientes que este club hace historia. La localidad de Manlleu quedó muda ante nuestra presencia, y en el campo respondimos como es debido. El tercer gol nos daba la victoria y la piña del equipo en el corner, dejó sin aliento a más de uno allí debajo. Esa piña era el reflejo de todo un club.
La victoria no se consiguió y el partido acabó 3 a 3, pero la ovación de nuestra gente fue atronadora. No hay palabras para poder explicar el orgullo de ver a amigos, excompañeros y gente que se ha dejado la piel por este club en la grada aplaudiendo nuestro empate.
Y es que hay días donde los clubs hacen historia, pero los protagonistas no lo saben hasta que no pasan los años. Dentro del campo, el Can Vidalet está haciendo historia en Primera Catalana y está en nuestros pies y nuestras cabezas seguir un año más en esta categoria. Fuera del verde, el club escribe cada día en mayúsculas su propia historia, y el partido en Manlleu será siempre recordado por la comunión entre la gente. Unos llevaban botas y los otros no, pero todos corrían, gritaban y marcaban juntos. Bravo Can Vidalet.
Marc Marbà